El mundo médico contuvo la respiración: ocurrió lo que hasta hace poco parecía imposible.
Las gemelas siamesas de un año, Minal y Mirha, nacidas con las cabezas unidas y vasos sanguíneos cerebrales compartidos, fueron separadas con éxito tras una arriesgada operación de casi 14 horas.
Un equipo internacional de cirujanos luchó por la vida de las niñas.

La vida de las gemelas fue salvada por un equipo internacional de cirujanos dirigido por el profesor Noor Jeelani — un neurocirujano británico ya conocido por sus intervenciones únicas.
El 19 de julio, en el hospital municipal de Bilkent en Ankara, los médicos aceptaron un desafío al que pocos se habrían atrevido.
«Están logrando progresos sorprendentes. Es realmente un milagro», compartió Jeelani. Según él, dos meses después de la operación, las niñas se preparan para volver a su hogar en Pakistán.

El arma principal de los médicos fue la tecnología de Realidad Mixta (Mixed Reality), que permite combinar modelos 3D con el espacio real.
Gracias a ella, los especialistas crearon una copia digital exacta de las cabezas de las gemelas y ensayaron todas las etapas de la operación antes de tomar el bisturí.
Este enfoque no solo salvó la vida de las gemelas, sino que también abre nuevos horizontes para la medicina mundial.

«Las tecnologías que aplicamos en casos tan complejos hacen que las operaciones más rutinarias sean más seguras y eficaces», destaca el profesor.
La historia de Minal y Mirha no es solo una victoria de los cirujanos. Es un símbolo de esperanza, una prueba de que incluso los obstáculos más increíbles pueden superarse.
Ahora a las niñas les espera una infancia normal, y a sus padres — la tan esperada tranquilidad y felicidad.






